Mejor que decir, es hacer.



La publicidad siempre busca impulsar productos y servicios, esto es obvio y que el marketing de reputación construye la percepción de una marca también pero ¿cómo inspirar, emocionar o enamorar al consumidor si no empatizas con el?.


Diversos movimientos sociales han despertado con mucha fuerza el lado más solidario de la sociedad, el Covid-19 sólo ha sido una circunstancia más en las que el consumidor exige a las marcas un poco más de sensibilidad y una alineación coherente entre lo que hacen y lo que dicen porque ya conoce las prestaciones de un producto o servicio y no necesita que le bombardeen con mensajes vacíos en los que simplemente se les dice que éste es mejor que el de su competencia.


Lo que traslada el consumidor al proceso de compra es empatía y solidaridad hacía un entorno que le preocupa, en definitiva pide “alma” pero ¿todas las marcas la tienen?.



Según la RAE “alma” es la parte espiritual de las personas capaz de entender, querer y sentir y que junto al cuerpo constituye su esencia humana. Una “empresa con alma” es una marca que ha entendido que no todo es ganar dinero, que es comprometida e incluye en su lógica corporativa la solución de problemas relevantes para el mundo.


Y no pasa nada porque su comunicación se desvincule del producto, al contrario, se está vinculando a un consumidor, quizás nuevo, al que no le importa que la marca esté haciendo “retrobranding” o “branketing” porque probablemente ni sabe lo que es ni le interesa. Tampoco espera que ninguna sea héroe, ni exige un marketing solidario para que le levante el ánimo en tiempos difíciles.

 

Para ser una marca con alma se necesitan además de buenas intenciones, sinceridad y corazón y tampoco pasa nada si no han nacido con un propósito, lo importante es tenerlo ya que tampoco nadie va a exigirles que sean filantrópicas pero insisto, si que sean éticas y comprometidas.

 

Existen muchos tipos de propósito, los últimos meses muchas marcas desde Nike hasta Netflix han alzado la voz y se han pronunciado sobre movimientos sociales como el #blacklivesmatter, otras llevan intrínseco en su ADN un compromiso y apenas comunican sus acciones pero las hacen, como Danone que fiel a sus orígenes hace un siglo potencia acciones que resuelven problemas sociales y medioambientales, La Fageda que desde sus inicios tuvo clara la importancia de la necesidad de autoestima de un colectivo concreto o Ben & Jerry's que ya nació como marca activista apoyando diversas causas climáticas, derechos LGBTI o protección al refugiado entre otras.

 

En definitiva, como consumidores no necesitamos más “storytelling” porque esto no va de cuentos, lo que esperamos de las marcas, al igual que de las personas es más “storydoing” y más “storygiving”, es decir, primero hazlo, demuéstralo y después, si quieres, lo dices. Así que muchas gracias a las que si lo hacen, porque lo sienten, porque quieren y encima lo hacen bien. Gracias por tener “alma”.



Mireia Regàs

Freelance Comunicación Corporativa y RRPP especializada en entornos creativos y marcas con alma.


No hay comentarios:

Publicar un comentario